
Pastry Factory
Como soporte de comunicación, el packaging de un producto adquiere todo el potencial para ser determinante cuando, al ser expuesto ante el comprador-consumidor, este se dispone a tomar una decisión de compra entre las distintas alternativas en competencia. Sin embargo hay productos y canales de venta en los que el packaging se limita a un rol práctico básico: el de ser un contenedor funcional para el manejo y transporte, considerándose entonces algo aparte del producto que ha de proteger.
MARQUISMO CONTRA INVISIBILIDAD
Pastry Factory ha logrado desarrollar un complejo producto artesano, - surtidos de repostería o petits fours -, a una escala industrial para poder suministrar a la distribución especializada en puntos de venta de los canales Horeca y Foodservice. Esto significa que, a lo sumo, solo la pastelería, la empresa de catering o de servicio a colectividades que servirá el surtido al consumidor final, reconocen a Pastry Factory como su elaborador. Resulta paradójico que el valor que Pastry Factory ha sido capaz de crear, con un producto y un servicio notables, se transfiera totalmente hacia el distribuidor y, en su caso, se lo apropie el punto de venta que lo ofrece como suyo al cliente que lo disfrutará.
Por eso la decisión de “hacer marca” para combatir la invisibilidad de quien realmente crea valor tiene sentido, aun a pesar de que el packaging marquista de Pastry Factory no llegue a alcanzar al consumidor final. Este es el sentido del proyecto, que crea valor de marca para Pastry Factory amparándose en la fuerza de una oferta distinta y única en el mercado, muy difícil de igualar en cuanto a calidad de producto y de servicio.

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Easy Display® de Pastry Factory
Seis estuches distintos alojan surtidos de entre 70 y 80 unidades de repostería clásica, formada por hasta 12 variedades de petits fours. Como se explica en el apartado de Estrategia, estos packs no van dirigidos al consumidor final sino a empresas de catering y colectividades y a la distribución foodservice para puntos de venta de hostelería, restaurantes, cafeterías y, sobre todo, a pastelerías.
El inusual cuidado prestado a la imagen responde a la excepcionalidad de la oferta, tanto en términos de calidad de producto como de servicio, ya que facilita enormemente el manejo hasta ofrecerlo al consumidor final.
Por un lado el protagonismo fotográfico de las piezas reales de cada surtido, en la parte superior y en los laterales de los estuches, da cuenta de un contenido de aspecto y calidad realmente artesanales. Por otro lado las ventajas funcionales creadas al desarrollar estos estuches, registrados como Easy Display, hacen si cabe aun más conveniente su oferta (ver imagen 4). Por ejemplo, Easy Display asegura la protección de los frágiles petits fours gracias a los carriles que forma un molde en el interior de los estuches y que los encierra por arriba y por abajo. A su vez, cada hilera de piezas situada en dichos carriles va dispuesta sobre una bandeja dorada, extraíble a conveniencia desde un lateral, que permite servirla directamente con una buena presentación y sin pérdida de tiempo. Todas estas aportaciones que configuran un servicio de calidad atractivo, rápido, fácil y seguro se explican en los propios estuches Easy Display.