Para estos vinos se nos encargó imprimir un carácter “muy Raimat” a un producto destinado a tiendas especializadas y a la hostelería, con la voluntad de diferenciarlos claramente del diseño del resto de vinos de la marca.

El briefing solicitaba, además, identificar una denominación personal para esta gama, para la que propusimos “Ànima” y, para hacer explícita su estrecha conexión con la marca apostamos por representar unos azulejos artesanales del interior del Castillo de Raimat, de principios del siglo XX con el escudo presentando el nombre de Raimat a partir de la composición del racimo de uvas (“raïm”) y la mano (“mà”).

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