Los nombres marcan. Al distribuidor que eligió esta expresión tan castiza como marca para dos vinos destinados a mercados de exportación le pareció totalmente idónea: por el sello original español y por ser comprensible como promesa de una elaboración vinícola sobresaliente.

Sin embargo, expresar visualmente lo que puede ser “Puro Arte” es un asunto mucho más comprometido, por no decir controvertido. La solución fue que el “Puro Arte” mencionado fuera exclusivamente gráfico, centrado en la realización de la propia marca que protagoniza toda la etiqueta. A resultas de ello, ambos vinos adquieren un carácter y un estilo muy contemporáneo, personal y contundente, sin perder el input inicial que daba sentido a la marca.

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